“Mi abuela tiene más vida social que yo”: una frase que nos encanta escuchar
En conversaciones cotidianas, entre risas y cierta dosis de sorpresa, esta frase aparece más de lo que uno imaginaría:
“Mi abuela tiene más vida social que yo”.
Y lejos de ser una anécdota divertida, es una evidencia clara de que algo está cambiando en la forma en que entendemos el envejecimiento activo.
En Aldeas Activas trabajamos cada día para que esa realidad se multiplique. Queremos que las personas mayores vivan con energía, con ilusión y rodeadas de oportunidades para seguir disfrutando, aprendiendo y compartiendo.
Porque envejecer no es detenerse: es seguir adelante, con otro ritmo, pero con el mismo deseo de vivir plenamente y estar presentes en el mundo.
Envejecer con ganas: una nueva etapa, no un cierre
Quien cree que la vida social en la tercera edad se apaga, probablemente no ha conocido a nuestras protagonistas:
Mujeres que salen a caminar en grupo cada mañana, que asisten con entusiasmo a talleres de cocina saludable o de alfabetización digital, que organizan escapadas culturales o meriendas en comunidad.
Personas que se siguen emocionando con un viaje, que hacen nuevas amistades, que se implican en su entorno. Y que lo hacen desde una etapa vital llena de experiencia, libertad y sabiduría.
Esa vitalidad, esa energía y esa alegría no surgen de la nada. Surgen de un entorno que lo permite, lo fomenta y lo cuida.
Actividades sí, pero con sentido
En Aldeas Activas no entendemos el envejecimiento activo como una simple lista de talleres o ejercicios. Lo entendemos como una forma de vivir con propósito, salud y conexión. Por eso, detrás de cada actividad hay una intención clara:
- Fomentar el movimiento y la autonomía.
- Reforzar los vínculos sociales.
- Estimular la mente y la creatividad.
- Generar espacios seguros y acogedores.
- Ofrecer momentos de disfrute y bienestar.
Cada café compartido, cada paseo al aire libre, cada manualidad o clase de gimnasia suave tiene un valor que va mucho más allá de lo que se ve. Son oportunidades para reír, conversar, sentirse útil, querido y acompañado.
Rompiendo estereotipos, inspirando generaciones
Una de las cosas más poderosas que ocurren con el modelo de Aldeas Activas es que el cambio es visible para todos. Hijos, nietas, vecinas… muchas veces descubren con asombro que sus mayores tienen más planes, más energía y más ilusión que ellos mismos.
Y entonces surge esa frase tan reveladora como entrañable:
“Mi abuela tiene más vida social que yo”.
No solo nos hace sonreír. Nos dice que estamos transformando miradas. Que estamos ayudando a romper con una imagen pasiva y limitada de la vejez. Y que, en su lugar, estamos construyendo una realidad más justa, más viva y más inspiradora.
Porque envejecer bien no debería ser un privilegio
En Aldeas Activas creemos que todas las personas mayores, vivan donde vivan, tienen derecho a una vida social rica, a una salud cuidada y a un entorno que las valore.
Eso incluye acceso a actividades adaptadas, espacios comunitarios, relaciones afectivas, oportunidades para seguir aprendiendo… y sí, también momentos de risa, movimiento, descubrimiento y celebración.
Porque envejecer no significa desaparecer.
Significa seguir presentes. Con historia, con voz, y con muchas ganas de seguir escribiendo nuevos capítulos.
Si tu abuela tiene más vida social que tú… ¡algo estamos haciendo bien!
En Aldeas Activas, queremos que esa frase deje de sonar como una excepción y se convierta en la norma.
Queremos que todas las personas mayores tengan acceso a experiencias significativas, a espacios de encuentro, a nuevas ilusiones.
Queremos que se sientan reconocidas, útiles y plenamente vivas.
Y si en el camino, alguien en casa dice con una sonrisa “mi abuela tiene más vida social que yo”, sabremos que vamos por el buen camino.